martes, 16 de abril de 2013

Pretoriano


FICHA:
Autor: Simon Scarrow
Editorial: Edhasa
Género: Novela histórica.
Páginas: 576
Traductor: Montserrat Batista

Esta undécima entrega de la saga de Cato y Macro recupera con fuerza el ímpetu del que pudo adolecer en libros anteriores. Nuevamente Cato y Macro regresan a Roma para servir al emperador, ordenado por el secretario imperial Narciso, en su enésimo encargo en pro de la seguridad del Imperio.

Scarrow hace uso de todo su bagaje cultural romano (refiriéndome a la ciudad eterna, no a la cultura en general de esa civilización) para poner en escena esta fascinante aventura, haciendo descubrir lugares conocidos pero poco utilizados en la ficción como la cloaca máxima, y haciendo hincapié en la economía romana de la época y las turbulencias, como hoy en día, que podía causar para el orden público.
Poco más que añadir a esta gran saga de las legiones romanas de la que soy acérrimo seguidor. Esperando que llegue pronto la duodécima aventura, tengo pendiente de leer de este autor 'The sword and the cimitar', donde la aventura transcurre en el sitio de Malta de 1565 por parte de los otomanos.



SIPNOSIS DE LA EDITORIAL:

En el año 51 d.C., Roma se ha convertido en una ciudad demasiado peligrosa, incluso para el emperador Claudio. La traición acecha en cada recodo, en cada callejuela, tras cada columna. Por si fuera esto poco, el poder de un movimiento republicano clandestino, “los Libertadores”, ha extendido sus tentáculos por todas partes y parece que ha conseguido infiltrarse incluso en la Guardia Pretoriana, y su propósito parece ser acabar con la vida de Claudio.
Llegados a este punto, el emperador decide poner el asunto en manos del secretario imperial, Narciso. El enemigo íntimo de Macro y Cato sabe que puede contar con la lealtad absoluta de esos dos veteranos hacia Claudio, y que no pondrán reparos a una misión sumamente arriesgada: infiltrarse en el cuerpo de élite romano, que apesta a corrupción. Macro y Cato no pueden ni imaginar lo que allí encontrarán; pero si es la muerte, no será Narciso quien llore su pérdida.
Probablemente, desde el gran clásico de Robert Graves no se escribía una novela tan absorbente y vigorosa acerca de los tiempos del emperador Claudio.

Crónicas Italianas


FICHA:
Autor: Stendhal
Editorial: Valdemar
Género: Narrativa histórica
Páginas: 440
Traductor: María Badiola

El francés Henri Beyle, bajo su pseudónimo literario Stendhal, escribió una serie de relatos cortos basados en "beaux crimes" acaecidos en la Italia de los s.XVI y XVII,editados posteriormente por Henri Martineau bajo el título de Crónicas Italianas.

Stendhal, basándose en unos expedientes que obtuvo de esos siglos, escribió sobre ellos, pero no desde una vertiente histórica, sino desde el aspecto romántico o sentimental de esas crónicas. Amores y desamores, pasión, honor, engaño, traición, tragedias, sinergias que confluyen y hacen que Stendhal bajo su pluma plasme esa energía con la misma intensidad que sus grandes novelas.



SIPNOSIS DE LA EDITORIAL:

La pasión por Italia, por su historia y sus gentes, mueve a Stendhal a escribir estas Crónicas italianas, «halladas» en realidad, según su autor, entre los legajos de viejos archivos romanos, ya en los últimos años de su vida, cuando era cónsul francés en Civitavecchia. Stendhal lee sin descanso casi una docena de volúmenes de procesos judiciales que tuvieron lugar en las postrimerías del Renacimiento, en busca de los crímenes que mejor retrataran las vidas apasionadas y trágicas de los ciudadanos y nobles que vivieron en Roma a finales del siglo XVI. Era una moda entre los escritores románticos hurgar en viejos archivos judiciales como joyeros en busca del arte sublime y espontáneo de los grandes crímenes pasionales de la antigüedad: por aquellas fechas (1840) aparece una antología similar de Alejandro Dumas, Crímenes Célebres. Stendhal selecciona ocho entre los distintos casos criminales (una de sus grandes obras, La cartuja de Parma, tiene también su origen en estos legajos), aquellos cuyos móviles fueron la expresión de espíritus nobles y elevados, en especial el honor y el amor. Y así, sumergido en las vidas y los sentimientos de otro tiempo, Stendhal «traduce», reescribe y redacta estas «crónicas» de crímenes pasionales en la Roma que siguió a la revolución del Renacimiento.