lunes, 7 de mayo de 2012

Tao Teh King


Desde que leí el "Zen y el arte de amar" me he interesado por este tipo de literatura que me ha llamado la atención porque dice grandes verdades que parecen obvias y aún así desechamos o en nuestro día a día las ignoramos.
Del libro, que está dividido en 81 capítulos, tiene dos partes: la primera que abarca desde el primer capítulo hasta el trigésimo séptimo o Daojing; y desde el trigésimo octavo hasta el final o Deijing.
Es un libro con un alma ambigua ya que trata de temas comunes para todo el mundo y consejos para los gobiernos políticos. Su virtud es esa ambigüedad ya que puede dar lugar a diferentes interpretaciones dependiendo de la persona y la situación. Su punto principal es el Tao y todo gira entorno a él. Lo más sorprendente es que el Tao no puede explicarse con la palabra ya que no tiene forma ni sonido, es eterno e incorpóreo, así que se explica mediante ejemplos.
Al igual que en otros libros de filosofía o espiritualidad se enfatiza la introspección interior, la búsqueda de uno mismo. Otro punto fundamental es la nada, abandonar todos los deseos corporales y centrarse en el verdadero yo. Para llegar a ese vacío es necesario no preocuparse por las cosas mundanas y ver los opuestos de la vida, para comprender la esencia.
El libro es un buen referente para desarrollar nuestro intelecto, imbuido en un mundo sin freno en el que la imagen, la estética es casi todo. Aquí es fundamental buscar la esencia, no el envoltorio que lo hace brillante y bonito.

FICHA:
Autor: Lao Tsé
Editorial: Sirio
Género: Filosofía y espiritualidad
Páginas: 272
Traductor: Curro Bermejo

SIPNOSIS DE LA EDITORIAL:

Tanto la existencia histórica de Lao Tsé como su paternidad del Tao Teh King han sido un importante referente cultural para múltiples generaciones del pueblo chino. Según la tradición, fue contemporáneo de Confucio, aunque un poco mayor que él, y trabajó en los archivos de la Biblioteca Imperial en la corte de la dinastía Zhou. Tras renunciar a su puesto en la corte, viajó hacia el Oeste. Al llegar al paso fronterizo de Shanggu, el aduanero reconociendo en él al ilustre filósofo, le pidió que antes de marcharse le escribiese un libro condensando su doctrina. Es un tratado místico que cubre muchas áreas de la filosofía, desde la espiritualidad individual hasta las técnicas de buen gobierno.

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