FICHA:
Autor: Petros Márkaris
Editorial: Tusquets
Género: Novela Negra
Páginas: 342
Traductor: Ersi Marina Samará Spiliotopulu
Uno de los maravillosos regalos que recibí en Reyes y aún no
había tenido tiempo de disfrutar. Después de haber estado en la capital
ateniense y ver in situ la hermosa Grecia sumida en el desasosiego, y haber
hablado con los atenienses, unos incombustibles inconformistas pero de trato
agradable y humano; Deseaba leer algo actual de Grecia, no libros de los
grandes clásicos, y la oportunidad vino con éste del comisario Kostas Jaritos.
En él se une mi pasión por la novela negra, mi interés por un tema actual, y la
“necesidad” de que fuese ambientado en Grecia.
Las obras de Petros Márkaris con el comisario Jaritos de
protagonista gozan de gran aceptación entre los lectores y ya he sabido porqué.
Márkaris cocina perfectamente los ingredientes de la actualidad griega,
mezclados con la megalópolis ateniense, y aderezado con singulares némesis de
Jaritos. El porqué de utilizar el verbo cocinar es muy simple. El comisario
Jaritos es uno de los pocos grandes detectives de ficción que come bien, y en
casa, porque su señora cocina realmente bien (según se desprende de la
lectura).
La megalópolis ateniense, y quien haya visitado la ciudad lo
atestiguará, contiene casi la mitad de la población total de Grecia. Pasear por
sus calles hoy en día, mostrará al visitante la cara más amarga de la situación
actual por la que pasa el país heleno. Y las manifestaciones son un día a día
de la ciudad, así como la ocupación por varios movimientos de la céntrica plaza
Sintagma. Como contrapunto, puede verse a los soldados griegos con el curioso
uniforme con zapatos con el pompón, haciendo custodia del parlamento nacional.
Centrándonos en la obra, la trama propuesta por Márkaris es
realmente singular y atrayente. El autodenominado Recaudador Nacional, mata a
aquellos que defraudaron a la agencia tributaria griega y tras avisarlos de su
fraude no liquidan la deuda con el Estado. Ello hace que el asesino obtenga un
apoyo popular y complique aún más la existencia de nuestro protagonista. Los
políticos son objeto de crítica (sin miramientos) por la corrupción del sistema
que ellos mismos alentaron, y de sus fallos se hacen eco los periodistas que “persiguen”
a Jaritos. El desarrollo de la novela sigue un esquema tradicional en tres
actos claramente definidos, y su finalización es correcta, y pese a ser en un
primer momento algo impactante, en la parte final se observa con facilidad cual
va a ser el desenlace de la misma.
Nuevamente hay que felicitar al traductor de la obra en
castellano por sus interesantes aportaciones como notas, que dan un soporte
necesario al lector ajeno a la sociedad griega.
SIPNOSIS DE LA EDITORIAL:
Mientras los griegos ricos se las ingenian para no pagar
impuestos, los griegos empobrecidos por la crisis sólo pueden indignarse ante
el escandaloso fraude fiscal o desesperarse ante el empeoramiento de la
situación. Sin embargo, un hombre ha decidido pasar a la acción y tomarse la
justicia por su mano. Con cartas de amenaza y armas anticuadas, se dispone a
ajustar cuentas. Entretanto, en la Atenas al borde de la quiebra, todo está
patas arriba, excepto el Departamento de Homicidios. No hay crímenes, sólo
rutina y burocracia. Cuando encuentran el cadáver de la primera víctima que se
cobra ese peculiar justiciero, el comisario Kostas Jaritos casi siente alivio.
Su jefe le ha hablado de un posible ascenso, pero de momento le han recortado
el sueldo y su hija Katerina piensa en emigrar porque no encuentra trabajo. Y
él tiene que atrapar a un asesino que realiza una obra <providencial>,
aplaudida por muchos ciudadanos.
Magnífica reseña Carlos. Me apetece mucho leerla, pero ¿cuando?
ResponderEliminarUn abrazo.