sábado, 16 de septiembre de 2017

El último francotirador

FICHA:
Autor: Kevin Lacz
Editorial: Crítica
Género: Autobiografía
Páginas: 318
Traductor: Gonzalo García

Este libro es la continuación natural del de Chris Kyle "El Francotirador". Estas autobiografías de personajes que viven la acción en primera persona, con el visor de la censura impuesta por sus comandantes, son de un gran interés porque muestran el pensamiento de aquellos que han de realizar las misiones, no de los estadistas y teóricos que lo ven desde un despacho a miles de kilómetros. Obviamente, al no ser escritores profesionales, aunque cuenten con ayuda, su narrativa no es tan rica como la de los escritores a tiempo completo pero a cambio dan una vitalidad y realismo que no es posible si no se ha sido partícipe de esa acción que describen. La narrativa es muy simple y sigue un arco temporal desde el inicio de sus despliegues hasta el final de los mismos, no siendo tan amplio, con buen criterio, como el libro de Chris Kyle al explicar su entrenamiento y despliegues para evitar la redundancia. El autor no busca ser políticamente correcto ni ir más allá de la descripción del porqué hacían lo que hacían, justificando simplemente su opinión, sin entrar en disquisiciones sobre estrategias militares generalistas ni sobre políticas de intervención o políticas nacionales. En definitiva, un buen complemento a la obra de Chris Kyle, de la que sigue su estela pero sin la novedad que resultó su obra o la de Mark Owen, acerca de las fuerzas especiales de la armada estadounidense. 

SINOPSIS DE LA EDITORIAL:
Esta es la historia de un equipo de operaciones especiales, el grupo SEAL llamado los «Castigadores», que participó en la batalla de Ramadi en 2006. Conocíamos sus hazañas de guerra a partir de las memorias de uno de sus miembros, Chris Kyle, pero la versión que nos ofrece Kevin Lacz, el último superviviente del grupo, basada en su diario personal de campaña, resulta enriquecedora, y muy distinta, ya que no nos habla de héroes individuales, sino de la acción de un colectivo. Porque esta salvaje forma de guerra –el acecho, el disparo lejano que puede matar a un inocente, la respuesta de los insurgentes…- no es obra de máquinas de matar, sino de seres humanos que no podrían resistir la tensión sin el contrapunto de la camaradería. Kevin Lacz, conocido en el grupo como Dauber, nos muestra en estas páginas la historia real de unos hombres destruidos por la guerra.

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