lunes, 26 de enero de 2015

La huella de España y de la cultura hispana en los Estados Unidos


FICHA:

Autor: Borja Cardelús
Editorial: Centro de Cultura Iberoamericana
Género: Historia y Viajes
Páginas: 317

El libro es un viaje por los Estados Unidos dentro de los territorios que una vez estuvieron bajo la soberanía de la Corona de España. El autor en esta segunda edición hace discurrir el viaje del lector por cuatro grandes áreas: La Florida, el Gran Oeste, la Luisiana y el Entorno del Misisipi y California. Después de un paseo histórico por cada uno de estos grandes parajes el libro presenta la huella que actualmente se mantiene en aquellas lejanas tierras.

En general el libro conjuga bien su parte histórica con su recorrido actual por los EE.UU. haciendo hincapié en los lugares que hoy en día se conservan en el país norteamericano. El autor se desenvuelve mejor en la parte, llamémosla "turística" del libro, describiendo rutas y monumentos, así como la gran labor desarrollada por varias instituciones en el mantenimiento de esa historia común que tienen los dos países. La parte histórica es la que más peros hace surgir en el lector porque apreciaciones en los primeros capítulos devienen casi contrapuestos en otros y hay un elemento excesivamente subjetivista, bajo mi punto de vista, exaltando las virtudes de los españoles y minimizando los defectos. De todos modos, la ardua labor del autor, se ve recompensada con una gran exposición de la españolidad de esos territorios y además la base gráfica del libro no tiene parangón. Es el libro, en definitiva, un buen inicio para comenzar lecturas más serias y profundas sobre la historia de los actuales Estados Unidos desde la arribada de las primeras exploraciones españolas por aquellos lares y sus impulsos colonizadores para evitar los de otros países europeos.


SINOPSIS DE LA EDITORIAL:



El pasado español forma parte esencial de la historia de los Estados Unidos. Desde la llegada a La Florida de Ponce de León, España permaneció en el territorio de los Estados Unidos durante más de trescientos años. En ese dilatado plazo tuvo que bregar por un lado con las tribus indias, en general muy reacias a cualquier tipo de asentamiento forastero; y por otro, con la presencia de otros países europeos, como Francia e Inglaterra, en cerrada competencia por hacerse con un hueco en América del Norte. De esta rivalidad salió al cabo vencedora una tercera nación, los Estados Unidos, a la que España ayudó, de una forma decisiva, en la obtención de su Independencia.

España exploró profundamente el territorio norteamericano, con nombres ilustres como Cabeza de Vaca, Menéndez de Avilés, Hernando de Soto, Vázquez de Coronado o Juan de Oñate. Y con inaudita persistencia y mediante métodos pacíficos, persiguió en Estados Unidos dos objetivos: el primero, ella sentimiento de los españoles y su modo de vida, empeño sumamente arduo en una tierra que no ofrecía metales preciosos; el segundo, la integración de los indios en la cultura y civilización hispanas, a través de las misiones.

España salió del territorio tres siglos después de su llegada, pero dejó impresa su huella: en las navegaciones, exploraciones y avatares históricos que jalonaron su larga presencia; en las tribus indias, que si sobreviven hoy prósperamente es precisamente en las áreas de la antigua ocupación española; y en la cultura hispana, viva, pujante, manifestada en la lengua, la religión, el manejo ganadero, la alimentación, la música, las costumbres... una cultura sumamente rica, plagada de valores, la que comparte la numerosa y creciente comunidad hispana de los Estados Unidos, desde Florida a California.

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