Autor: Peter Stothard
Editorial: Ático de los libros
Género: Historia
Páginas: 350
Traductor: Luis Noriega
Peter Stothard elabora a lo largo de
veintitrés capítulos la persecución de los asesinos de Julio César. De forma
cronológica muestra los hechos de la conjura, la respuesta de Antonio, la
sorpresa del ascenso de Octaviano y los vaivenes de una guerra civil que
comenzó con la muerte del general conquistador de la Galia.
El libro está bien estructurado y redactado con precisión, aunque en ocasiones se hace un poco densa su lectura y abruma con múltiples referencias que, sin conocer perfectamente el área del conflicto, hace en ocasiones arduo su seguimiento. Por otra parte, explica pormenorizadamente los encuentros y desencuentros de las diferentes facciones durante el enfrentamiento fratricida y los impulsos que movían a sus dirigentes, los cuales chocaban con sus tropas que no deseaban ver derramar la sangre de sus compañeros de armas defensores de la otra facción. El idealismo de los conspiradores chocó con el pragmatismo de Octaviano, que fue conquistando el tablero del poder desde la posición baja en la que comenzó y viendo cómo era constantemente subestimado por Marco Antonio y los conjurados.
El hecho de centrar parte de cada capítulo
a uno de los conjurados y cómo fueron erradicados, hace que se obtenga mucha
información de los senadores que quisieron un retorno al esplendor republicano,
pero que chocaron contra un muro en el que la nueva política romana, quizá ya
perseguida por César, fue impuesta por Augusto y expuesta a sus contemporáneos
gracias a su propaganda a través de grandes obras artísticas y los mejores
vates de la época, incluyendo la Eneida de Virgilio.
SINOPSIS DE LA EDITORIAL:
La fascinante persecución a los asesinos
de Julio César.
Muchos hombres
acabaron con la vida de Julio César, pero solo uno daría caza a los asesinos. A
partir de la primavera del 44 a. C., el hijo adoptivo de César, el futuro
emperador Augusto, se cobraría su terrible venganza: estaba decidido a acabar
con los asesinos de los idus de marzo; y no solo con Bruto y Casio, sino con
todos y cada uno de los diecinueve hombres que habían conspirado contra el
dictador.
Tras más de
una década de violenta persecución a través de varios continentes, el último de
los conspiradores en morir fue Casio de Parma, un poeta, dramaturgo y marinero
casi desconocido que luchó en todos los bandos durante las guerras civiles que
asolaron a la moribunda República, salvo en el ganador. Durante catorce años,
los asesinos de César trataron de escapar a los cazadores enviados por
Octaviano, pero, uno por uno, fueron cayendo hasta que solo Casio permaneció en
pie. Su apasionante huida, que hasta ahora no ha sido más que una nota a pie de
página en los anales, se convierte en esta obra en un tapiz que retrata el
convulso final de la República romana.
El último
asesino es el relato épico de una caza que un emperador quiso ocultar, una
historia trepidante de torturas y terror, de política y poesía. Es, en
definitiva, una vívida narración de uno de los periodos más turbulentos de la
historia de Roma en el que se enfrentan la venganza y el instinto de
supervivencia.
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